AUSCHWITZ-BIRKENAU

AUSCHWITZ-BIRKENAU

sábado, 27 de diciembre de 2014

Navidad en Auschwitz...

Desde luego que estas fechas eran muy difíciles para los prisioneros de Auschwitz. Pero independientemente de los crueles castigos a los que estaban sometidos por las SS y el trabajo esclavizado, los prisioneros compartían entre ellos ese espíritu Navideño que albergaba en cada uno de sus corazones.

El 24 de diciembre de 1940, los alemanes establecieron un árbol de Navidad en el centro del campo decorada con luces. Debajo del árbol pusieron los cuerpos de los prisioneros muertos, y de los que iban muriendo durante el día. Lagerfuhrer Karl Fritzsch justifico ese acto como un regalo para los prisioneros que seguían vivos, y prohibió cantar villancicos polacos.

En nochebuena de 1941, cuando los prisioneros volvían del trabajo en la construcción de Auschwitz II-Brikenau al campo de los hombres, los alemanes mataros a los que no podían andar por sus propias fuerzas, eran 300 personas. A la noche tras la cena, las SS reunieron a todos en la calle para escuchar en alemán los textos del papa Pio XII. Murieron 42 personas a causa del frio.

Los prisioneros intentaban celebrar ese día de forma silenciosa y ayudar a subir los ánimos a los amigos.
En el Museo de Auschwitz se encontraron las memorias de Jozef Jedrycha, del bloque 10a: “Ya empezaron a cantar los villancicos alemanes, y de repente escuche a gritos el preciosos sonido de Bog sie rodzi-Mazurek Dabrowksi. Todos empezamos a abrazarnos y a llorar desconsoladamente.

La nochebuena de 1942 la recuerda Krystyna Aleksandrowicz: “Antes de nochebuena las SS nos prepararon un árbol de Navidad. En el campo de los hombres, el día de nochebuena las SS obligaron a los hombres a recoger en un saco arena. El que recogía poco para las SS era fusilado en el instante. Todos esos cuerpos muertos los pusieron debajo del árbol.

En 1944 el ambiente fue distinto por esas fechas. El cura Wladyslaw Grohs realizo misa para los prisioneros en el campo de concentración, las mujeres prepararon una estrella para los niños enfermos en el hospital y también consiguieron coser 200 juguetes. A cada persona se le entrego dos cachos de azúcar. Los regalos fueron firmados con nombre y apellido de cada niño. La prisionera Leokadia Szymañska realizo un pequeño árbol de Navidad, en la cima del árbol estaba el águila polaco.

Las SS ese año permitieron a los prisioneros realizar las navidades como querían, ademas ese día las SS permitieron salir a los prisioneros del bloque 11 (conocido como el bloque de la muerte) y reunirse con el resto de los prisioneros. Allí ellos empezaron a cantar villancicos, primero en alemán y después en polaco.  

lunes, 8 de diciembre de 2014

Declaración Final de Rudolf Hoss ante el Tribunal

"Mi conciencia me esta obligando a realizar también la siguiente afirmación: En el aislamiento de la cárcel alcanzo a comprender amargamente los terribles crímenes que se han cometido contra la humanidad. Como Comandante del campo de exterminio de Auschwitz, me he dado cuenta de mi participación en los monstruosos planes de genocidio del Tercer Reich. Por esta declaración reconozco el daño y sufrimiento indecible causado, sobre todo, a la nación polaca. Por mi responsabilidad ahora estoy pagando con mi vida. ¡Oh, que Dios me perdone mis acciones! La gente de Polonia, le ruego que me perdone! En este momento en esta cárcel polaca me doy cuenta de lo que la humanidad es en realidad. A pesar de todo lo que paso me han tratado con humanidad, cosa que nunca había esperado, y esto hace que me sienta profundamente avergonzado. Quiera Dios... que el hecho de confesar y confirmar los monstruosos crímenes contra la humanidad pueden evitar que todas las generaciones futuras vuelvan a repetir tales acontecimientos horribles"

martes, 2 de diciembre de 2014

Día a día de los prisioneros en Auschwitz.

A las 4 de la madrugada se levantaban de los sacos de paja al oír los silbatos de los kapos, estiraban la manta de forma que cubra el saco completo. Los que podían tener lavabos se aseaban por llamarlo de alguna manera. Después acudían a las filas para recibir el desayuno, que consistía en medio litro de café o té sin azúcar.
Tras el desayuno los prisioneros eran llamados por las SS para realizar el control de los prisioneros que formaban filas de 10 en 10 y  realizaban el recuento para comprobar fugas. Una vez pasada la revisa, los prisioneros marchaban en columnas (con música de orquesta de fondo) para comenzar un trabajo forzoso de 11 horas. Solamente tenían un descanso de 30 minutos para comer una especie de sopa hecha con mondas de patas, o patatas si había suerte, con un total aproximado de 300 calorías. 
Por la noche tras el trabajo agotador los prisioneros regresaban al campo para pasar otra revisa y control. En el caso de que se detectase fugas o intenciones de rebelión o protestas estas podían durar varias horas a fin de castigar a los prisioneros. 
Después del control los prisioneros recibían la cena, que era 300 gramos de pan de embutido o mantequilla y una porción de mermelada, después de la cual regresaban a los barracones y a las 9 de la noche quedaba totalmente prohibido salir bajo pena de muerte.